Lo primero que debes hacer es mezclar vinagre blanco y bicarbonato de sodio en un recipiente de plástico hasta obtener una consistencia similar a la pasta. Luego, con un trapo limpio y seco, unta la pasta sobre la superficie oxidada y déjala actuar durante al menos 15 minutos. Después, retira la pasta con ayuda de un cepillo de cerdas suaves o una esponja y lava el metal con agua limpia. El óxido debe haber desaparecido por completo.
Si el óxido sigue presente, repite el proceso anterior hasta que la superficie quede completamente libre de oxido. Para conseguir mejores resultados, puedes mezclar vinagre con sal para aumentar la potencia de limpieza. En este caso, la mezcla debe ser de dos partes de vinagre y una parte de sal, aplicada igualmente con un trapo limpio y dejada actuar durante 15 minutos antes de proceder a enjuagar.
Otra alternativa es combinar vinagre con bicarbonato y limón. Esta mezcla se obtiene mezclando partes iguales de vinagre y bicarbonato, con la adición de medio limón. Aplica la solución con un trapo y deja actuar durante media hora. Después, enjuaga con agua limpia para retirar restos de suciedad y oxido.
Por último, si el óxido es muy resistente, utiliza vinagre solo para eliminarlo. Calienta dos tazas de vinagre blanco en una olla y sumerge las piezas metálicas oxidadas durante al menos 20 minutos. Después, saca las piezas del vinagre y límpialas con un paño suave. El oxido debería haber desaparecido por completo.
Como puedes ver, usar vinagre y bicarbonato es una excelente forma de eliminar el óxido del metal sin dañarlo. La clave está en elegir el método adecuado y repetirlo hasta que el metal quede completamente libre de óxido. Por eso, si quieres mantener tus objetos metálicos en buen estado, ¡no dudes en probar esta sencilla solución!
En esta pagina tambien respondemos a otras preguntas tipicas como por ejemplo: ¿Cómo se llama la tijera de enfermería? y ¿Qué pasa si dejas las tijeras abiertas?